El parque de viviendas en alquiler ha aumentado notablemente en los últimos tiempos. Cuestiones como el cambio de mentalidad en el perfil de los arrendatarios, la movilidad laboral o los objetivos de los propietarios son algunas de las cuestiones que han propiciado la dinamización del sector. En este escenario, los seguros de impago de alquiler se han convertido en un elemento más de las operaciones y es que, en la práctica, suponen garantías y beneficios que afectan positivamente a los dueños de los inmuebles pero también a los inquilinos.
El principal reclamo de este tipo de pólizas de impago de alquiler tiene que ver con el abono de las rentas. En función de lo estipulado en el momento de la contratación, la aseguradora garantiza el cobro de entre 6 y 12 mensualidades. La tranquilidad de saberse protegido, invita a muchos propietarios a optar por esta herramienta frente a otros sistemas más tradicionales tales como el aval bancario, las fianzas o el cobro de varios meses por adelantado.
Sin embargo, las coberturas trascienden del mero pago de las rentas ofreciendo una protección que abarca, en muchas ocasiones, asesoramiento legal o gastos derivados de actos vandálicos por parte de los arrendatarios en la vivienda. Rentabilizar una propiedad es hoy más seguro gracias a este tipo de pólizas de protección del alquiler de la vivienda.
Hace apenas unas décadas, lo más habitual a la hora de rubricar un contrato de arrendamiento de un inmueble era que el propietario incluyera en el documento la necesidad de disponer de un aval bancario o que el inquilino hubiera de abonar varios meses por adelantado. Ambas prácticas suponían una garantía para el arrendador en caso de que los inquilinos dejaran de pagar.
Tener que hacer frente a unos inquilinos morosos era y es una de las mayores preocupaciones de quienes colocan su vivienda en el mercado del alquiler. Sin embargo, las causas del auge de los seguros de impago de alquiler van más allá. Además de garantizar esos cobros (durante 6, 9 ò 12 meses en función de la póliza contratada) ofrecen otras muchas coberturas que, sin duda, han contribuido a su popularización entre los inversores del sector.
Esas garantías, entre las que se incluyen los gastos de cerrajero y cerradura por desahucio, actos vandálicos, el asesoramiento jurídico telefónico o la defensa jurídica del consumidor, son otra de las causas que ha elevado la demanda de este tipo de seguros.
Más allá de la póliza en sí, la demanda en la contratación de los seguros de impago de alquiler guarda relación con sus atractivos precios , la identificación de inquilinos apropiados previa realización de un estudio de viabilidad de los mismos e, incluso según indican algunos expertos, la reducción en el tiempo transcurrido para alquilar los inmuebles.
Otros razones que avalan esta tendencia creciente de los seguros de impago del alquiler hay que buscarla en el ámbito de los inquilinos. Aunque este tipo de productos ha estado vinculado, tradicionalmente, a las grandes promotoras y grupos de inversión, cada vez son más los particulares que protegen el alquiler de su vivienda con seguros de impago y eso, indudablemente, tiene un efecto directo en los inquilinos.
Como arrendatarios, pueden beneficiarse de una flexibilización de las condiciones estipuladas en el acuerdo que, como decíamos, hace apenas unos años implicaban el abono de varias cuotas o avales bancarios (de en torno a cuatro o seis meses, generalmente) a los que no todo el mundo tenía acceso. Esa descarga en la parte correspondiente al inquilino, puede traducirse en la negociación del abono del seguro de impago del alquiler. En ocasiones, las partes acuerdan incluirlo como parte de la cuota mensual aunque, en cualquiera de los casos, el tomador de la póliza será siempre el propietario.
En definitiva, los seguros de impago de alquiler son una herramienta de la que, tanto propietarios como inquilinos pueden verse beneficiados y que, en la práctica, ofrece amplias garantías que evolucionan en función de las necesidades de los actores protagonistas y evidencian la dinamización del sector del alquiler de viviendas.