Esta ciudad turca ubicada a caballo entre oriente y occidente rezuma magia por los cuatro costados. Paseando entre sus callejuelas llenas de encanto, uno puede adentrarse en un mundo que parece sacado de un cuento de Las Mil y una Noches, pero sin duda, el lugar que mejor te transportará en el tiempo y el espacio es, sin lugar a dudas, es el Gran Bazar, que está considerado como uno de los mercados más grandes y antiguos del mundo. Te contamos todo sobre el Gran Bazar de Estambul, un lugar donde perder la noción del tiempo.
Todo sobre el Gran Bazar de Estambul
En la magna ciudad de Estambul, una de las más importantes de Turquía, hay una gran cantidad de cosas que hacer, pero sin duda, ir de compras por el Gran Bazar (Kapalıçarşı) es algo que no puede faltar. Después de ver sus famosas mezquitas, darte un relajante baño en sus célebres hammams o visitar sus cisternas subterráneas, uno debe perderse por sus dos importantes bazares. Por un lado está el Bazar de las Especias o Bazar Egipcio, situado junto a la Mezquita Nueva. Este lugar es ideal para comprar productos como especias o dulces típicos. Si por el contrario lo que buscas es más bien productos de artesanía, lo mejor es que te dirijas al Gran Bazar, es más, aunque no tengas intención de comprar, la visita es obligada porque sus rincones y tiendas están llenos de encanto y podrás tomar unas magníficas fotografías en su interior.
El origen del Gran Bazar se remonta a la época del sultán Mehmet II, en el siglo XV y en torno a él se fueron ubicando talleres gremiales distribuidos por zonas. Con el tiempo, las calles que formaban estos talleres fueron cubiertas por bóvedas y formando así el actual Gran Bazar. Esta distribución por gremios se mantiene actualmente, de tal forma que el Bazar está estructurado según los productos que se venden en ellas. Existen zonas de venta de joyería, cerámica, calzado y vestimenta, alimentación y productos artesanos como los típicos farolillos o los nazar (amuletos con forma de ojo azul).
El Gran Bazar es casi una ciudad en sí misma donde podemos encontrar cafés, restaurantes e incluso pequeñas mezquitas. Las calles están indicadas y puedes encontrar planos para que puedas ubicarte y saber dónde se encuentran las diferentes zonas gremiales y que así puedas ir sin perderte. Eso sí, cuando pasees por sus calles tendrás que tener paciencia ya que en cada puesto querrán hacerte entrar para que veas sus productos e intentarán convencerte para que les compres algo. Si decides comprar un artículo tendrás que tener aún más paciencia ya que te tocará regatear. No existen trucos que realmente funcionen pero se aconseja ofrecer la mitad de aquello que estés dispuesto a pagar por el producto y de ahí ir subiendo hasta alcanzar tu tope. Si no, siempre te quedará el irte tras una ardua negociación si no quedas del todo satisfecho, esto hace que, a veces, los vendedores salgan detrás de ti aceptando el último precio que les has dado o lo más próximo a él.
Para que te hagas una idea de las dimensiones de este centro comercial a la antigua, estos son algunos datos numéricos sobre el Gran Bazar:
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