Para que no sea un handicap en tu viaje y disfrutes de principio a fin, te damos algunos tips para que no te resulta estresante el trayecto hasta tu destino. Además, te contamos cómo protegerte de las posibles incomodidades durante tu viaje en avión, como la sequedad en el aire o el dolor de oídos.
Consejos para viajar en avión
Para que no sea un handicap en tu viaje y disfrutes de principio a fin, te damos algunos tips para que no te resulta estresante el trayecto hasta tu destino. Además, te contamos cómo protegerte de las posibles incomodidades durante tu viaje en avión, como la sequedad en el aire o el dolor de oídos.
Preguntas que debes hacerte antes de volar
Has elegido cuidadosamente tu destino pero te preguntas ¿cómo vas a llegar?, ¿cuánto dura el vuelo?, ¿a qué hora te vas?, ¿cuánto tiempo estarás en tránsito una vez que hayas aterrizado? ¿Estás pensando en unas tranquilas y relajadas vacaciones o un viaje emocionante, a veces agotador? ¿Está tu destino adaptado a tu condición física y hábitos cotidianos? Antes de salir, es importante valorar con tu médico estas cuestiones y las consecuencias de realizar un vuelo prolongado. Es especialmente importante si:
1. Tienes un constipado, dolor de oídos o infección de oídos.
2. Si padeces una enfermedad crónica, en particular: la diabetes insulino-dependiente, asma, alergias, epilepsia, drepanocitosis, insuficiencia respiratoria, insuficiencia cardíaca o renal.
3. Estás recibiendo tratamiento para el cáncer o tienes una deficiencia inmunológica.
4. Tienes ataques de pánico (agorafobia o claustrofobia).
5. Has tenido una operación, en particular en el caso de insuficiencia coronaria (angioplastia o cirugía de bypass), glaucoma, desprendimiento de la retina, o un problema con el oído interno.
6. Si sufres de cólicos renales.
7. Estás experimentando dolor en el pecho.
8. Si tienes tratamientos médicos prolongados.
9. No puedes subir escaleras sin perder el aliento.
10. Has tenido recientemente un accidente vascular cerebral.
11. Tu médico descubrió que tienes problemas para la conducción rítmica o cardiaca, que puede causar desmayos.
12. Lleva puesto un marcapasos.
13. Si estás embarazada o planeas viajar con niños.
El estrés antes de partir
El momento de partir está siempre acompañado por el estrés y puede causar ansiedad, malestar, sensación de desmayo o incluso caídas. Siguiendo algunas sencillas medidas puedes evitar consecuencias perjudiciales:
- Llega temprano al lugar donde tienes que estar.
- Si es necesario, pide a alguien que te acompañe para ayudarte a facturar, y llevar tu equipaje.
- Lleva contigo poco peso, coloca en el equipaje de mano tu medicación habitual (nunca lo pongas en la maleta o en el compartimiento de equipaje del avión), tu pasaporte, la cartilla de vacunación, los documentos de viaje (billetes, la tarjeta de embarque, etc.), el dinero (efectivo, cheques de viaje, tarjetas de crédito...), un kit de aseo personal y una botella grande de agua.
- Antes de volar, evita comer alimentos ricos en almidón, productos lácteos o bebidas con gas... el gas contenido en el tracto digestivo se dilata en altitudes elevadas y causa sensación de hinchazón. Si tienes miedo de volar, ponte en contacto con tu compañía aérea, ofrecen talleres para ayudar a superar este miedo. Consulta a tu médico de familia. Él también puede proporcionarte asesoramiento y ayuda para que te sientas mejor.
Durante el vuelo
La atmósfera en un avión es muy seca y ello es fuente de molestias diversas, que pueden atajarse fácilmente. Sólo tienes que seguir los siguientes consejos:
- Para combatir la sequedad del aire: beber por lo menos 1 litro de agua sin gas cada 4 horas, quítate las lentillas o humedécelas regularmente con gotas para los ojo, o utiliza anti-inflamatorios, o gotas desinfectantes para el ojo recomendadas por tu oftalmólogo.
- Luchar contra la flebitis: aflojar la ropa (y ropa amplia de todos modos), evitar el uso de pantalones ajustados y zapatos de cordones, quitarse los zapatos y ponerse un par de calcetines cómodos. No te quedes en tu asiento durante todo el tiempo, levántate con regularidad y camina alrededor de la cabina, y por los pasillos. Si no puedes levantarte y caminar con frecuencia, no dudes en realizar ejercicios en tu asiento, trabajando todos los diferentes grupos musculares en las extremidades inferiores: pies, pantorrillas y los muslos. Luego relaja todos tus músculos y respira profunda y lentamente. Tu médico de familia puede prescribirte tratamientos, acordes a tu situación, usar medias, o por la medicación para las venas más fuertes, incluso anti-coagulantes.
- Para combatir la enfermedad de aire: si es posible, elige un asiento cerca del centro de la aeronave, evita realizar comidas copiosas y beber alcohol, trata de dormir. Si es necesario toma una pastilla para dormir con receta. Durante el vuelo, la presión de aire de la cabina es sólo parcial, similar a entrar en las altas montañas. Por tanto, existe riesgo de otitis, debido a la depresión barométrica, que es aún mayor si tienes un resfriado. En el inicio de su vuelo, traga saliva con regularidad, masca chicle o chupa un caramelo. Aprende a realizar la maniobra de Valsalva: pellízcate la nariz, cierra la boca y exhala (contén la respiración), luego traga varias veces. Antes de salir, tu médico también te puede prescribir un antibiótico, un analgésico, un anti-inflamatorio y un vasoconstrictor nasal local.
Una vez en tu destino
Tan pronto como llegues, planea descansar un poco, si es posible con las piernas elevadas. El cambio de horario por lo general es más acusado cuando se vuela de oeste a este. Por lo tanto, te verás más afectado por el jet lag más cuando vueles desde Europa a Asia, y al volver a Europa después de un viaje a los Estados Unidos. La re-adaptación requiere tantos días como horas de diferencia existan. En caso de tratamiento médico continuado, asegúrate de adoptar gradualmente la hora local.
Una vez que has llegado, lo más importante que debes hacer es adoptar inmediatamente las horas de comida y descanso de tu país de acogida. Sincroniza tu reloj rápidamente con la hora local. Exponerse a la luz es también un factor importante para ayudar al reloj biológico, se reinicia él solo. La conclusión es que es importante para mantenerse despierto durante el día y dormir por la noche.
Si tienes cualquier problema durante el viaje, no esperes a llegar a casa para consultar a un médico. El médico de tu empresa de asistencia está disponible para resolver cualquier pregunta o duda que puedas tener sobre tu salud.