Hablar de modernismo en España pasa, inevitablemente, por hacerlo de Antonio Gaudí, sin embargo, el genio de Reus es un caso aparte dentro de esta corriente arquitectónica, ya que su estilo es único. Precisamente por este carácter impar y la importancia de sus obras, le hacen merecedor de un post específico para su obra. Por ello, hoy nos centraremos en el modernismo dejando de lado el caso de Gaudí y repasaremos 5 magníficos ejemplos de esta corriente arquitectónica repartidos por toda la geografía española.
5 edificios modernistas de España
1. Casa Lis (Salamanca)
Construido sobre un fragmento de la antigua muralla de la ciudad de Salamanca, este palacete, construido para el empresario Miguel de Lis por el arquitecto Joaquín de Vargas, es el único ejemplo de arquitectura modernista de la ciudad. Entre los principales elementos arquitectónicos de este edificio destaca la galería acristalada con columnas de forja en la fachada o la bóveda de vidriera del patio central. Actualmente el inmueble alberga el Museo de Art Nouveau y Art Déco.
2. Palacio de Longoria (Madrid)
Este palacete es el mayor representante del movimiento modernista en la capital y es que los elementos tradicionales como la predominancia de las formas curvas y la decoración a base de motivos vegetales o mascarones femeninos en su fachada. Con respecto al interior, destacan la cúpula de vidriera que aporta luminosidad al torreón circular que articula las dos alas del edificio y la magnífica escalera de balaustrada de forja en forma de motivos florales rematados con piezas de latón dorado y vidrio de colores. Actualmente, el edificio es la sede de la Sociedad General de Autores (SGAE).
3. Mercado Central de Valencia
Este edificio es un ejemplo de arquitectura civil modernista. En su construcción destaca el uso de vigas de hierro para la estructura en combinación con la ligereza de las grandes cristaleras, de tal forma que, en la mayor parte de los lienzos del mercado, predomina el cristal frente a la piedra o el ladrillo, elementos que se usan para rematar los muros y las fachadas. Esta utilización de los materiales, junto con las cúpulas con lucernario, aporta una notable luminosidad al edificio. En su exterior, el uso de azulejos vidriados, elementos arquitectónicos de hierro que, a su vez, ejercen una función ornamental, o el tejadillo situado sobre las puertas principales son algunos de los elementos característicos de este estilo modernista.
4. Palacio Consistorial de Cartagena
La ciudad murciana de Cartagena concentra una buena colección de edificios modernistas de gran belleza y valor artístico, pero sin duda alguna, la joya de la corona es su Palacio Consistorial. Este gran edificio de planta triangular destaca por su fachada de mármol estructurada en tres bloques, dos laterales rematados en sus extremos por sendas cúpulas de zinc y uno central más prominente, con un portal sobre el que se alza el balcón principal y que está rematado con una gran cúpula, también de zinc, de forma rectangular. En su interior destacan la gran escalera imperial de mármol blanco, adornada con farolas doradas y rematada por una columnata de hierro forjado que soportan la cúpula central bajo la que se encuentra un gran vitral con el escudo de la ciudad.
5. Palau de la Música Catalana (Barcelona)
En este recorrido no podía faltar Cataluña y es que la mayor parte de los edificios modernistas de nuestro país se encuentran en esta Comunidad Autónoma. Obra del célebre arquitecto Luís Domènech i Montaner, este palacio de la música es uno de los máximos expedientes del modernismo catalán. Del exterior, realizado en Ladrillo y piedra, destacan las figuras ornamentales, en especial, el grupo escultórico “La canción popular catalana”, que se encuentra situado en una esquina del edificio a modo de mascarón de proa de un barco. En el interior, los vitales y azulejos que aportan color y luminosidad o los magníficos conjuntos escultóricos que enmarcan el escenario. El edificio, cargado de elementos decorativos es una auténtica joya arquitectónica.
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