Tener una tarjeta de crédito sigue siendo una práctica habitual pese a las cada vez más modernas fórmulas de pago para las compras por internet e, incluso, el comercio de toda la vida. El dinero ‘de plástico’, como comúnmente se conoce a la tarjeta de crédito tradicional, no está, sin embargo, exento de riesgos.
Los tipos de estafas por internet cambian casi tan rápido como lo hacen las nuevas tecnologías aunque, en líneas generales, los dos grandes grupos de fraudes por internet se dividen en aquellos con tarjeta no presente y tarjeta presente. Los primeros son aquellos en los que la información de la tarjeta de crédito es robada y empleada ilegalmente sin necesidad de que exista físicamente la misma. En muchos casos el acceso a los datos se hace mediante correos falsos del banco o plataformas de pago que argumentan problemas con la tarjeta de crédito para recabar información como contraseñas y similares, es lo que se conoce como phishing. La otra fórmula, cada vez menos frecuente, consiste en la copia de los datos propios de la tarjeta de crédito que, posteriormente, se utilizan para cargar compras no realizadas.
Si eres víctima de un uso fraudulento de los datos de tu tarjeta de crédito has de saber que la Ley de Servicios de Pago te ampara y protege los derechos del consumidor. No obstante, se establecen diferencias en función de si se ha realizado una copia de la tarjeta o el fraude es consecuencia del robo o pérdida de la misma.
En el primero de los casos, el banco asume las pérdidas dado que, como usuario sigues siendo portador de la tarjeta de crédito y no hay manera de saber que se está llevando a cabo la estafa por internet hasta el momento en el que identificas los movimientos sospechosos de operaciones no autorizadas.
Por el contrario, si el fraude de una compra online o de cualquier otro tipo tiene que ver con la pérdida o el robo, has de actuar de inmediato y comunicar la misma lo antes posible. ¿El motivo? Tan sencillo como que serás responsable (hasta un límite de 150€) de los gastos hasta que des traslado de la situación.
Si tienes sospechas o la confirmación de compra online fraudulenta hay que poner remedio cuanto antes para minimizar el impacto de la estafa por internet. El primer paso es comunicar con el banco para bloquear la tarjeta aunque la mayoría de las entidades financieras dan, en la actualidad, la opción de ‘apagar’ la tarjeta de crédito ante la duda de pérdida, robo o copia de los datos. En el caso de que se trate de un robo y se haya detectado un uso ilícito de los datos es necesario cursar una denuncia por estafa, incluyendo denunciar la página web en cuestión si tenemos claro que ha sido en una compra online en particular.
Lo habitual es que las entidades financieras respondan, hasta cierto límite, en muchas de las estafas por internet aunque, en caso de no hacerlo hay otras vías para reclamar. Una de ellas es el servicio de atención al cliente y, si no se obtiene respuesta o no estás de acuerdo con la misma, siempre puedes continuar los trámites en el Departamento de Conducta de Mercado.
Un asesor legal experto puede ayudarte a la hora de agotar todas las vías existentes para recuperar las cantidades por las que hayas sido víctima de una estafa por internet.
La protección de los derechos del consumidor, entidades financieras o la propia reputación de las tiendas online ha dado como resultado la aparición de un amplio elenco de alternativas a la tarjeta de crédito tradicional. Las fórmulas persiguen evitar las principales estafas vinculadas a la compra online con este sistema de pago. Uno de los sistemas que ha ido ganando posiciones en las compras por internet son las llamadas tarjetas virtuales.
Su funcionamiento es tan sencillo como eficaz y es que, en la práctica, son meros soportes para el pago, esto es, actúan como una especie de tarjeta prepago exponiendo, únicamente la cantidad destinada al pago en cuestión. Muchas entidades bancarias disponen de este tipo de tarjeta de crédito virtual, es decir, una tarjeta para comprar por internet que, si bien no evita los fraudes en la red, sí que minimiza los riesgos.
En cualquier caso, pese a las diferentes medidas de seguridad implementadas por las webs dedicadas a la compra online o las propias entidades financieras para evitar fraudes en internet, este tipo de prácticas ilícitas siguen siendo una amenaza para el usuario. Contar con una asesoría legal llegado el momento de tener que resolver la cuestión de cómo denunciar una estafa por internet es la mejor garantía para proteger tu dinero y conocer al detalle cuáles son los pasos a seguir para recuperarlo.